viernes, 16 de noviembre de 2018

Impresiones europeas: Praga.


Sepia y gris son tus tonos, la paleta con la que pintas tus empinadas colinas otoñales. Tus edificios más modernos engalanan colores pasteles, pero tus piedras más antiguas las recubre un negro carbonatado que hace pensar en los incendios y las guerras. ¿Por qué te empecinas en mostrarte tan fría ante el viajero, ciudad de rostros tensos e inexpresivos? ¿Habrá sido a causa de los regímenes totalitarios a los que te has visto sometida a lo largo de los años que tu gente ha perdido la sonrisa?
Tu historia y tu identidad han sido fracturadas y de ello el mejor ejemplo es la fortaleza que me vigila a lo lejos: aquel monstruo de Frankenstein romano, gótico y barroco que sirvió de pesadillesca influencia a uno de los más grandes escritores del siglo pasado. ¿Es que acaso estás condenada a la caótica fragmentación, incapaz de anhelar la unidad pacificadora? Porque hasta tú, Praga, necesitas de cinco relojes para poder marcas las horas.

No hay comentarios: