martes, 12 de mayo de 2015

Me encandila su brillo.

Quisiera un mundo opaco,
donde las cosas no tuvieran brillo.

Un mundo con colores y contraste,
pero donde la luz que emana de las cosas no me dañase.

La luz, la energía, me lastima las corneas,
rasgan mis pupilas, corroen los bastones de mis ojos.

La crueldad de una estrella que falleció hace millones de años
se burla de mí aún cuando adopta la forma de un agujero negro.

Me pregunto si yo también lastimo a alguien con mi brillo
o si acaso no brillo y le soy indiferente a los ojos de los demás.

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