Te quiero
callada, para así poder oír lo que piensas,
te quiero lejos,
para así extrañar tu compañía,
te quiero inmóvil,
para así ver cómo mueves mi alrededor,
te quiero
dormida, para así poder velar tu sueño.
Te quiero como
furioso oleaje,
como lluvia errante,
voraz y
sibilante,
irrefrenable y
contrariada,
o como noche
estrellada,
pasiva y
desahuciada.
Permíteme
quererte, hazme ese favor,
y si no lo haces,
al menos,
quiérete por los
dos.