lunes, 6 de junio de 2011

Consecuencias de enviar una simple carta.

Un simple trozo de papel escrito no es más que un simple trozo de papel escrito y un simple sobre no es más que un simple sobre. Pero, ¿qué pasa si ubicamos ese simple trozo de papel escrito dentro de ese simple sobre? ¿Y qué pasa si mojamos levemente con nuestra lengua los bordes adhesivos de ese simple sobre? ¿Y qué pasa si cerramos con muchísimo cuidado y delicadeza ese simple sobre? Eso, damas y caballeros, se convierte en una carta.
Pero es posible que esa carta no sea enviada a tiempo; o peor aún, que nos hayamos confundido de sobre; o peor aún, que hayamos confundido el contenido de ese sobre y que esa carta haya llegado al destinatario equivocado y que el fin con el que se haya enviado la carta no llegue a realizarse y así que hayamos tirado años y años de duro esfuerzo a la basura por un simple error cometido por un simple descuido por parte de nuestra incompetencia y que tengamos que rogar a nuestro jefe mil disculpas por ese simple inconveniente que le costó a la empresa millones de dólares al no haber podido concretarse un simple contrato multinacional y que seamos arrojados a la simple calle sin más que con una simple caja de instrumentos de oficina y el simple embargo de nuestra casa.
Es por eso, entre otras cosas, que se debe ser precavido cuando un simple trozo de papel escrito deba ser puesto dentro de un simple sobre.

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