Una palabra tuya bastaría para captar mi atención. Una sonrisa tuya bastaría para alegrarme el día. Un chiste, un cumplido, un halago o una excusa; solo un gesto tuyo daría vuelta mi mundo, haría que no pueda pensar en otra cosa que no sea en vos, te haría la culpable de mis noches en vela, de mis versos y mis prosas.
Todavía estoy esperando el día en que el simple aleteo de una mariposa despierte estos sentimientos en mí, de nuevo.
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