Durante una de mis caminatas diarias por la playa, en el trayecto Las Toninas – San Clemente, escuché a alguien desde el parador (y por el amplificador) decir “qué seríamos los hombres sin las mujeres. Puede que esa frase haya sido la que desencadenó mi angustia (o sería nostalgia) aquél día.
Esa misma tarde, una amiga me había mandado un sms por segunda vez para ver cómo andaba. Una amiga de la infancia, una hermanita para mí; sería por temor a que estuviese con su novio y despertarle celos que no le mandé ninguno durante mi viaje, o por vagancia, las excusas nunca están de más. Días antes no me aguanté más las ganas y llamé desde la playa a otra amiga, una que quiero mucho, la respeto, aprendo cosas de todos los rubros, inclusive a ser mejor persona, ella ya es adulta (33) pero pareciera que cuando estoy con ella las diferencias no importan. En este viaje compartí todo mi tiempo con mi mamá: cenando, leyendo, haciendo crucigramas; el hecho es que por primera vez en 19 años me senté con ella y compartí unos mates.
Cuando me pongo a pensar en el rol que juegan las mujeres en mi vida me sorprendo. Los muchachos son con los que bromeo, me peleo, juego y apuesto, salgo y tomo, incluso con mi papá hablo de las mismas cosas de las que hablo con mis amigos o con cualquier compañero o conocido varón. Pero las mujeres son diferentes, tengo otro trato. Con algunas hablo de literatura, con otras de animé, con otras de política, de ciencia, de dudas, de certezas, de sentimientos, de la vida. Pero otra cosa que noto, lo más importante quizás, es que con las mujeres puedo escuchar lo que otra persona tiene para decir. No es que menosprecie a los hombres ni mucho menos, pero me di cuenta que a veces no hay nadie mejor que alguien del sexo opuesto para conversar. Digo conversar para no tener que decir hablar o charlar, me refiero a tener una conversación seria, de a dos, cara a cara, enfrentados, donde ambos tengan algo para decir y opinar sobre lo que dice el otro.
Me alegra poder decir que tengo la dicha de compartir mi vida con muchas mujeres interesantes, compañeras; hermosas personas con las que el destino me cruzó en los momentos indicados y de los cuales (creo yo), también soy parte importante de sus vidas. Gracias a ellas soy más crítico, más paciente, más atento y más afectivo.
2 comentarios:
que lindo que pienses así, hoy en día faltan hombres como vos. atentos, comprensivos y que sepan valorar a las mujeres. tenes novia? porque si la tenes debe ser la mujer mas feliz al tener a alguien así :) no te conozco pero la verdad que parece que todo lo que escribís va con sentimiento.. y tus amigos/as y padres deben estar muy orgullosos de vos.. :)
y tenes mucha razón en lo que dijiste de tu mamá, la verdad que yo tampoco nunca lo hice, bah, si pero hace mucho que no lo hago.. como que no nos vemos nunca, ahora yo trabajo así que menos que menos.. :(
Me parece que hay que valorar a los amigos, y a las amigas sobre todo; va, a todo el que es importante para uno, y retribuir un poco de lo que te dan a diario. Hasta ahora nadie me defraudó por suerte. Conozco los bueyes con los que aro. Me alegra que haya gente con tiempo para valorar lo que escribo. Un abrazo.
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